La fibra prebiótica es un tipo de fibra no digerible que actúa como alimento para las bacterias saludables en el intestino, estimulando su crecimiento y actividad. A diferencia de los probióticos, que son bacterias vivas, los prebióticos ayudan a mantener un ambiente intestinal favorable para estas bacterias, mejorando así el equilibrio de la microbiota intestinal. La fibra prebiótica favorece la digestión, previene el estreñimiento y apoya la absorción de minerales importantes como el calcio, contribuyendo a la salud ósea. Además, al mejorar la flora intestinal, puede fortalecer el sistema inmunológico y reducir la inflamación, lo que ayuda a proteger el cuerpo contra infecciones y enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardíacas. También se ha relacionado con beneficios en la regulación del peso corporal y el control del apetito, debido a su capacidad para mejorar la saciedad. Las fuentes comunes de fibra prebiótica incluyen alimentos como el ajo, la cebolla, los plátanos, los espárragos y los granos enteros.
